Mirades Solidàries, un programa universitario transversal
27/02/2023
Si en el tren, saliendo de Terrassa, te encuentras con un estudiante que lleva la carpeta de la UPC y carga una bata blanca, es probable que venga de realizar prácticas en el Centro Universitario de la Visión (CUV), la clínica de salud visual de la Facultad de Óptica y Optometría de Terrassa (FOOT) de la UPC
Debe venir de hacer la revisión visual a uno de los 2.000 pacientes derivados por los servicios sociales que pasan cada año por el programa Mirades Solidàries.
Mirades Solidàries abarca la acción social del CUV y, con la metodología de aprendizaje-servicio, cubre todas las etapas de la docencia universitaria: grado, máster e investigación. En el caso del grado, prestamos atención visual general: revisiones a pacientes derivados de los servicios sociales y, si lo necesitan, les proporcionamos gafas gracias a la colaboración de empresas comprometidas con Mirades Solidàries. En el máster se hace atención visual especializada cuando las necesidades visuales de los pacientes van más allá de unas gafas y es necesario un tratamiento de baja visión, terapia visual o unas lentes de contacto especiales.
La investigación en el marco de Mirades Solidàries presta atención a niños y niñas a través de la Cohorte Infantil de Salud Visual Terrassa (CISViT): un estudio en el que participan 16 escuelas de Terrassa que representan la variedad socioeconómica de la ciudad. Se está estudiando la relación de la salud visual de los niños y niñas con el nivel socioeconómico de las familias, el rendimiento escolar y también se pretende monitorizar la evolución de la miopía entre los 8 y los 16 años, proponiendo los tratamientos adecuados para frenarla cuando sea posible. Además, si las niñas y los niños que pasan por el estudio provienen de un entorno vulnerable y necesitan gafas o terapia visual, se les deriva para que puedan ser atendidos a través de las asignaturas de grado o master de la facultad.
Quizás el estudiante de la carpeta de la UPC y la bata blanca hoy esté preocupado porque no lo ha hecho bien y le ha tenido que ayudar la profesora. El caso era difícil. No por la graduación, no, que era un caso normalito... No se ha podido centrar en la revisión visual porque la historia que le ha contado Mara, la paciente, le ha hecho tambalear y trabajo ha tenido para mantener la compostura profesional que se supone que debe tener un estudiante de cuarto curso. Cuando ha terminado, Mara le ha dado las gracias y le ha dicho a la profesora "no me lo suspenda, que ha tenido mucha paciencia".
Mientras el estudiante de la bata blanca aprendía cuál era la mejor solución para Mara, si necesitaba unas gafas o terapia visual o qué cristales eran los más adecuados, ha conocido una realidad que va más allá de lo que se encuentra en su círculo habitual de amigos y familia. Por primera vez, no ha preguntado a la profesora si le aprobaba o suspendía el caso y ha entendido mejor lo de la empatía que le explicaban en la asignatura de psicología.
Hay pacientes que se marchan dando las gracias, quizá porque nunca nadie con una bata blanca les había dedicado tanto tiempo y rara vez habían tenido tanta paciencia con ellos, como el estudiante que se ha encontrado en el tren. Saldrán de la clínica universitaria con unas gafas o algún tratamiento especializado que seguramente les harán la vida más fácil y que habrán permitido a los estudiantes aprender a gestionar casos reales.
Lo que nos dejan los pacientes es impagable: su tiempo y sus historias que nos acercan a un día a día a menudo complicado y que no querríamos para nadie. Dan sentido al aprendizaje servicio y nos permiten formar a profesionales en valores que van más allá de las dioptrías que acaban poniendo en las gafas. Gracias de corazón a los más de 20.000 pacientes de Mirades Solidàries que han pasado por el CUV en los últimos veinte años.
Nosotros continuaremos trabajando, continuaremos buscando recursos y continuaremos encontrando complicidades para avanzar en este proyecto, que ha nacido en Terrassa y que es pionero en Europa.
En este enlace puedes leer el artículo original (en catalán), publicado en el Diari de Terrassa el 21 de febrero de 2023.
Compartir: